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¿Es la pluma más poderosa que el teclado


Faber-Castell

En el apogeo de la era digital podríamos caer en la trampa de responder taxativamente; sin embargo, numerosos estudios científicos confirman que aprender a escribir a mano no sólo es fundamental para el desarrollo de los niños sino que también beneficia en el proceso de conceptualización del adulto. Escribir a mano podrá ser una práctica milenaria pero está bastante lejos que quedar en el olvido.

Investigaciones han demostrado que existe una correlación directa positiva entre mejores habilidades de escritura y un mayor rendimiento académico. Un estudio publicado en el Journal of Early Childhood Education and Development que observó a mil estudiantes cuando cursaban educación inicial y luego en el segundo grado del primario, descubrió que los estudiantes de educación inicial con buenas habilidades motrices finas, a partir de la enseñanza y la práctica de escritura a mano, superan a sus compañeros en lectura y matemáticas cuando se encuentran en segundo grado.

“Existe el mito de que en la era de las computadoras no necesitamos la escritura a mano. Eso no es lo que nuestra investigación está mostrando” asegura Virginia Berninger, profesora emérita de psicología de la Universidad de Washington, “escribiendo es como aprendemos a pensar”. Para ella el efecto de la escritura manual excede el reconocimiento de las letras. En un estudio realizado en 2016 en el que siguió a niños de segundo a quinto grado demostró que la escritura a mano en imprenta y cursiva, y por otro lado la tipiada en un teclado se asocian con patrones cerebrales distintos. “La escritura a mano, la secuencia de trazos, incorpora la parte pensante del cerebro”, afirma.

“Descubrimos que los niños escribían más palabras, más rápido y expresando más ideas cuando podían escribir a mano ya sea en imprenta o cursiva, que cuando usaban el teclado.” Sin embargo, la conexión entre la escritura y la generación de ideas probó ser más profunda; al pedirles que escribieran una composición, se observó una mayor actividad neuronal en áreas asociadas con la memoria y una mayor activación general de las redes de lectura y escritura en quienes tenían mejor caligrafía.

Cuando comienzan a aprender a escribir a mano, los niños son más capaces de generar ideas y retener información; además de leer más rápido. Aunque sólo el esfuerzo real compromete las vías motoras del cerebro y ofrece los beneficios de aprendizaje de la escritura a mano. El “dibujar letras” al escribir a mano ayuda también mejorar la concentración en los niños. La revista Child Development destaca que “la escritura manual apoya la función ejecutiva al captar la atención de un niño y desarrollar su capacidad de concentración”. Se trata de una habilidad que en general es difícil de evaluar en pruebas formales.

“La práctica de la escritura a mano no sólo ayuda con el aprendizaje en sí mismo sino que también mejora la expresión de ideas y colabora con el desarrollo de las habilidades motoras finas”, afirma Verena Hafner, a cargo del desarrollo de productos de la línea Playing & Learning de Faber-Castell. “Es este Enfoque Pedagógico el que tenemos en cuenta para desarrollar todos nuestros productos.”

Un estudio realizado con niños que aún no sabían leer ni escribir a los que se les pidió que la duplicaran de tres maneras distintas - en una hoja en blanco, en una página con un contorno punteado y mediante un teclado – un imagen de una letra impresa, demostró que lo importante era el proceso de transcripción inicial; los niños que tipiaron o rastrearon la letra no mostraron cambios significativos en las tres áreas del cerebro que se activan cuando los adultos leen y escriben; mientras que sí los mostraron aquellos que lo habían hecho a mano alzada. Karin H. James, psicóloga de la Universidad de Indiana que se especializa en Neurociencia Cognitiva y Desarrollo Psicológico demostró así la relación profunda que existe entre la escritura a mano y la adquisición de conocimiento.

Ella afirma que al escribir a mano alzada no sólo debemos planear y ejecutar la acción, lo cual no es necesario cuando contamos con un contorno a seguir; sino que además lo más probable es que de esta acción se produzca un resultado muy diferente en cada repetición; resultado que en sí mismo es una herramienta invaluable de aprendizaje. Afirma que “esta es una de las primeras demostraciones del cambio del cerebro debido a esa práctica” porque al leer, debemos ser capaces de reconocer cada posible y diferente versión de una misma letra, sin importar las pequeñas diferencias particulares de la propia escritura, lo que nos permite reducirla a sus componentes fundamentales, proceso extremadamente difícil cuando sólo nos exponemos a reproducciones exactas. “Una vez que identificamos el impacto, podemos hacer una mejor contribución a las decisiones educacionales sobre lo que sucede en los sistemas educativos.”, agrega James.

Según Stanislas Dehaene, psicólogo del Collège de France en París “cuando escribimos, un circuito neuronal único se activa automáticamente. Existe un reconocimiento central del gesto en la palabra escrita, una especie de reconocimiento por simulación mental en tu cerebro. Al parecer este circuito está contribuyendo de maneras únicas que no habíamos reconocido. Aprender se hace más fácil”.

Utilizar un teclado puede parecer una opción más rápida y quizás hasta más eficiente que escribir a mano para los adultos, sin embargo, una menor capacidad de procesar nueva información podría ser una consecuencia no deseada de esta práctica; los beneficios de escribir a mano se extienden más allá de la infancia.

La memoria y la capacidad de aprendizaje se benefician en este proceso; tomarse el tiempo para escribir a mano algo de una manera prolija y ordenada puede ayudarnos a recordarlo. “La pluma es más poderosa que el teclado” afirman la psicóloga social Pam A. Mueller de Princeton y el psicólogo Daniel M. Oppenheimer de Carnegie Melon University. En un estudio realizado en 2014 que analiza las “ventajas de la toma de notas manual por sobre la toma de notas en laptop” observaron que los estudiantes aprenden mejor cuando manuscriben sus apuntes. Manifiestan que escribir a mano les permite a los estudiantes procesar los contenidos y repensarlos, lo cual puede conducir a una mejor comprensión, retención y memorización.

“Quienes toman notas a mano participan en un procesamiento más cognitivo que los que tipean sus notas, seleccionan información más importante para incluir en sus notas, lo que les permite estudiar este contenido de manera más eficiente”, manifiesta un estudio publicado en Psychological Science.

Escribir notas en el momento puede permitirnos centrarnos más en lo que realmente estamos escuchando, distintas investigaciones han sugerido que cuando reescribimos nuestras notas a mano es más probable que las recordemos. Lo mismo afirma Tricia Kelleher, directora de la Fundación Stephen Perse en Cambridge, ha sido una tenaz defensora de la importancia de la escritura a mano: “Hay un argumento cognitivo sobre cómo procesar la información cuando la escribes”. Cómo decidimos escribir importa tanto como aquello que volcamos en el papel.

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